La Brújula Interior de las Empresas es su Cultura

Por Mariela Mantegari


 

Cuando las empresas y organizaciones gestionan múltiples variables en un contexto volátil e incierto en el que reglas y modelos mentales cambian disruptivamente es importante que cada decisión que se tome y cada acción que se haga estén atravesadas por la cultura que las define.


Para ser precisos, la cultura de una empresa se guía por el propósito y por los valores, a la par que se manifiesta y se hace tangible en las decisiones, las palabras y las acciones.


Estamos atravesando un momento singular pero también valioso ya que incita a, quiénes lideran empresas y equipos, interpelarse e interpelar a sus colaboradores acerca de si lo que estamos haciendo está genuinamente alineado a lo que somos y queremos seguir siendo como organización.


En estos entornos adversos, que requieren de soluciones a continuas urgencias, la cultura se pone a prueba constantemente. Cada acción, cada decisión, cada comunicación deja al descubierto el grado de alineación entre lo que las empresas son y lo que hacen.


Sin lugar a dudas esta pandemia ha creado el momento de la verdad para empresas y organizaciones. Durante este tiempo todo aquello que no estaba funcionando bien se hizo más evidente y desoírlo puede seguir generando una serie de desaciertos que indefectiblemente traerán resultados adversos.


He escuchado decir a muchos líderes que la pandemia dejó al descubierto las costuras de la organización. Seguir omitiendo y negando la existencia de esas costuras no es otra cosa que continuar dando vueltas en círculos y solo sumar malestares o limitantes que la obstaculizan en su evolución continua.

Enfrentar estos malestares es animarse a mirar hacia adentro y a chequear la coherencia entre estrategia, cultura y resultados.


En esta búsqueda es clave revisar si la cultura que veníamos teniendo, la cultura que tenemos y la que deseamos tener estuvo y está alineada con la estrategia del negocio.


Cuando hablamos de cultura, hablamos de su propósito, esto es el para qué existe nuestra empresa y hablamos de los valores, su definición y sus comportamientos observables, que son sin duda a través de los cuales ese propósito se efectiviza.


Cuando estas costuras se hacen evidentes a través de comportamientos poco deseables y disidentes es importante frenar , y buscar la brújula interna de la organización que no es nada más ni nada menos que su Cultura, y desde ahí­ tomar las acciones adecuadas antes de seguir.


¿Cómo accedemos a la brújula interna?


Reflexionando sobre el Propósito y los Valores: esto es pensar en la razón de ser de la compañí­a y cómo considera que se deben hacer las cosas en la empresa.
La pregunta sería: cómo enfrentar la crisis/nueva normalidad en sintonía con el propósito y los valores?

Poniendo en acción el Propósito y los Valores: cada acción, cada comunicación, cada gesto debe estar perfectamente enlazado con ambas cosas y más aún aquellas decisiones más antipáticas.
La pregunta serí­a: nuestras decisiones, nuestros actos están reflejando nuestra cultura?

Transmitiendo la Cultura a Clientes, Proveedores y Comunidad: generar acciones de mayor alcance, hacia afuera con espíritu colaborativo y en la búsqueda del bien común tendrá un efecto positivo y multiplicador.
La pregunta sería: cómo queremos que nos recuerden después de esta crisis? Por qué cosas queremos que nos recuerden?


Y si el propósito no es claro? Y si no está definido? Y si la cultura no alcanza y si los valores no nos representan?

Definitivamente eso indica que es momento para la reflexión, construcción o reconstrucción de la brújula interna.

Tratemos de que la urgencia no nos impida conectar o reconectar con el propósito y los valores. Hacerlo permitirá que, cuando esta pandemia haya pasado, nos sintamos orgullosos de las personas que forman la organización y ellos sientan el mismo orgullo de pertenecer... y así nuestra empresa sea una empresa en la que todos quieran trabajar...


REGRESAR